Bildausschnitt einer Frau, die auf einer Mauer im Park sitzt. Am rechten Fuß trägt sie eine AirLoc Orthese von Bauerfeind, die u.a. nach einem Bruch des Sprunggelenks Unterstützung bietet.

Ya sea por una torcedura al caer jugando al baloncesto, un paso en falso haciendo senderismo o al intentar caer de pie durante un salto o una caída desde una gran altura, una fractura de tobillo puede deberse a una gran variedad de causas.

Si la articulación del tobillo está fracturada, puede producirse una inestabilidad que requiera una intervención quirúrgica y la posterior inmovilización completa. Después de fracturarse, el tobillo puede tardar meses o años en recuperar su estabilidad anterior.

Fractura de la articulación del tobillo: Fractura más común de las extremidades inferiores

Das Bild zeigt eine junge Frau, die auf einer Mauer im Park sitzt. Sie stellt ihre AirLoc Sprunggelenkorthese ein, die sie zur Stabilisierung am rechten Fuß trägt.

La articulación del tobillo es un verdadero prodigio de la naturaleza. Cuando corremos y saltamos, absorbe muchas veces nuestro peso corporal. Lo que muchos no saben: se trata de dos articulaciones anatómicas: la articulación superior y la articulación inferior del tobillo. Pero, ¿cómo se produce inicialmente una fractura?

La articulación del tobillo está diseñada para permitir la elevación y el descenso del antepié en el movimiento hacia delante. El movimiento lateral es soportado por la articulación inferior del tobillo, mientras que la articulación superior del tobillo es extremadamente sensible a los movimientos oscilantes y de torsión. Por ello, un aterrizaje erróneo o con la articulación torcida suele provocar fracturas en la parte superior del tobillo. El peroné está especialmente predispuesto a sufrir una lesión por fractura debido a su posición fuertemente fijada por el aparato ligamentario. Este tipo de fracturas de la articulación del tobillo se denominan fractura maleolar, expresión que suele equipararse a la fractura del peroné.

Diagnóstico: Fracturas en la zona de la articulación del tobillo

Darstellung der Anatomie eines gebrochenen Sprunggelenks. Bei einer falschen Landung oder einem verdrehten Aufkommen kommt es häufig zu Brüchen im oberen Bereich des Knöchels.

Las fracturas posibles son tan complejas como la propia estructura de la articulación del tobillo. En el diagnóstico se diferencia, a grandes rasgos, entre:

  • Fractura del astrágalo: fractura del hueso del tobillo (muy poco frecuente)
  • Fractura de tibia: fractura de la tibia
  • Fractura de peroné: fractura de peroné (muy común)

Además, estas fracturas pueden producirse de forma combinada. Se habla de fractura bimaleolar cuando el tobillo interno (fractura de tibia) se ve afectado junto con el tobillo externo (fractura de peroné). En una fractura trimaleolar, el borde posterior de la tibia que soporta el peso también se rompe.

Tratamiento de la fractura de tobillo: Tratamiento agudo y rehabilitación

Para el pronóstico a largo plazo, la fractura en sí es menos importante que el daño al cartílago articular y a los ligamentos. El alcance de estos daños depende, por un lado, del propio accidente, y viene determinado por el tipo de fractura, el grado de compresión y la extensión de la dislocación. Por otro lado, el factor decisivo es cómo se corrige y se fija la fractura. Si la posición de los huesos no es 100 % correcta, en el plazo de un año tras la curación de la fractura la articulación suele presentar claros síntomas de desgaste e inestabilidad crónica. Por lo tanto, la intervención quirúrgica y la reconstrucción selectiva de la musculatura estabilizadora son de vital importancia.

 

Si se rompe la articulación del tobillo, por regla general se debe mantener en reposo absoluto durante seis semanas, para que la fractura pueda curarse. Como resultado, los músculos estabilizadores se debilitan y no actúan en la fase de carga posterior. Sin embargo, en el caso de los daños en los ligamentos y el cartílago articular, el movimiento en el curso posterior de la terapia es absolutamente necesario para el proceso de curación. Por lo tanto, en la práctica, las ortesis inmovilizadoras se utilizan primero en la fase de rehabilitación y los vendajes de activación muscular para el tobillo se utilizan después.

Los vendajes y las ortesis proporcionan estabilidad y estimulación

Tras la fase de inmovilización con descanso de carga, una ortesis, por ejemplo de la familia MalleoLoc, sostiene el tobillo. Garantiza que la articulación del tobillo recupere la estabilidad necesaria después de una fractura y de una posterior intervención quirúrgica, y que no se sobrecargue. Estos productos ortopédicos están confeccionados de tal manera que también pueden llevarse cómodamente en la vida cotidiana, por ejemplo, con zapatillas de deporte o incluso con calzado de trabajo. Gracias a la ortesis, el pie puede seguir su movimiento natural de marcha y, al mismo tiempo, está protegido contra nuevos traspiés.

MalleoLoc®

Estabilización mediante férula termoplástica anatómica para lesiones agudas.
MalleoLoc protege con una férula de plástico asimétrica de forma fiable contra torceduras hacia fuera y hacia dentro, incluso durante el deporte.

En el curso posterior de la rehabilitación, los vendajes activos se utilizan cada vez más para la movilización y la estabilización muscular. Nuestros vendajes de tobillo están fabricados con un tejido de punto transpirable que se ajusta al tobillo. Este producto ortopédico ejerce una compresión alternante de masaje durante el movimiento.

Se recomienda el uso de un vendaje para tobillo también después de la fase de rehabilitación, y no sólo en el caso de molestias residuales existentes. El efecto estabilizador reduce el riesgo de volver a lesionarse y de realizar sobreesfuerzos durante los entrenamientos de rehabilitación.