Mantén tus articulaciones en forma

Hablando de movimiento: éste desempeña un papel importante en la salud de las articulaciones. Sin duda, cuando la rodilla duele horrores, nos gustaría meternos en la cama. Pero, por desgracia, esto es exactamente lo que no hay que hacer. La solución: con el suficiente movimiento y la práctica de un deporte suave, es posible aliviar los síntomas y prevenir los dolores articulares.

Aquí, lo importante es elegir los tipos de deporte apropiados. ¿Cuáles son? Todos aquellos que no provoquen un esfuerzo innecesario para las articulaciones. Las actividades ideales son la natación, el ciclismo y el senderismo. El running intenso puede resultar contraproducente. Es mejor: el aquafitness. La acción del agua hace que nuestro cuerpo pese menos, descargando de esta manera tus articulaciones. También se considera útil el entrenamiento de fuerza moderado.

Pero, ¿por qué el ejercicio mantiene nuestras articulaciones en forma? Con la actividad física, se favorece la circulación sanguínea y el aporte de nutrientes a las articulaciones. A los cartílagos no les llega sangre, sino que se nutren del líquido sinovial viscoso. Para que el cartílago pueda absorber el líquido sinovial, es necesario que la articulación se cargue y descargue alternativamente. Esto explica por qué hacer ejercicio regularmente contribuye a la salud de las articulaciones. Con cada paso que das, estás contrarrestando la degradación del cartílago, es decir, la artrosis.

Al mismo tiempo, fortalecerás tus músculos a través del deporte. Una musculatura entrenada permite un mejor sostén de los huesos y mejora tu postura. Además, las articulaciones se sostienen y estabilizan eficazmente gracias a los músculos.

En el cuerpo hay más de 100 articulaciones diferentes que garantizan nuestra movilidad. Sigue los siguientes consejos en tu vida diaria para disfrutar de unas articulaciones sanas durante mucho tiempo. El fisioterapeuta Joshua Schirm, conocido por la Training App de Bauerfeind, te enseña los movimientos adecuados en el día a día:

Especialmente los que trabajan en una oficina pasan muchas horas sentados cada día. La situación se vuelve problemática si además se adopta una postura incorrecta. Pero, ¿cuál es la postura correcta al sentarse? La columna vertebral debería adoptar su forma fisiológica. Esto significa que la pelvis queda ligeramente inclinada hacia delante, lo que eleva un poco el tórax. Los hombros deben estar relajados y no encorvados. Asegúrate también de que tus caderas no queden más bajas que tus rodillas. Además de una postura ergonómica, es importante ir cambiando regularmente tu posición al estar sentado. Esto mejora la irrigación sanguínea de los músculos y evita la tensión.

Cuando se debe permanecer de pie durante un periodo de tiempo prolongado, conviene colocarse de forma que los pies no se carguen en un lado y evitar quedarse inmóvil, ya que al alternar los movimientos cargamos las dos piernas de forma homogénea. Asegúrate de que tus caderas no se inclinan hacia un lado, sino que forman una línea vertical con tu cabeza - esto asegura una postura saludable. No estires demasiado las rodillas, sino mantenlas ligeramente flexionadas. Es bueno para unas articulaciones sanas: haz pequeños ejercicios de gimnasia de vez en cuando. Por ejemplo, ponte de puntillas y baja lentamente hasta volver a apoyar los talones. Puedes repetir este ejercicio varias veces.

Los primeros pasos los damos ya en la infancia. Sin embargo, muchos adultos han olvidado cómo andar de forma saludable. El resultado son unos hombros inclinados hacia delante, una espalda encorvada y andar arrastrando los pies. ¿Cuál es la forma correcta de andar? Manteniendo la cabeza erguida por encima de la columna vertebral, estira el pecho hacia delante y echa los hombros un poco hacia atrás. También es importante apoyar el pie correctamente, desde el talón al empeine hasta el dedo gordo. Esto hace que el paso resulte ligeramente amortiguado.

Subir por las escaleras es saludable y te mantiene en forma, siempre que se haga correctamente. Un error postural habitual: la parte superior del cuerpo se inclina demasiado hacia delante y el cuello queda demasiado estirado. Mantén la parte superior del cuerpo en posición vertical y relaja los hombros. Del mismo modo, no es aconsejable apoyar toda la planta del pie en el escalón, ya que esto supone una gran tensión para la articulación de la rodilla. Si, por el contrario, sólo usas el antepié, se activan los músculos de la pantorrilla y la carga se distribuye uniformemente entre las articulaciones del pie, la rodilla y la cadera.

Cargar con pesos supone un gran esfuerzo para nuestra columna vertebral y nuestras articulaciones. En el peor de los casos, hacerlo de manera incorrecta puede provocar daños a largo plazo. Sigue estos consejos para proteger tu cuerpo: si quieres levantar algo, colócate cerca del objeto. Ahora ponte en cuclillas. Utiliza la fuerza de tus piernas y alivia así tu espalda. Mantén el peso cerca del cuerpo y vuelve a subir con la espalda recta. Al tensar la espalda y los músculos centrales, mejorarás tu estabilidad. Igualmente, al dejar un peso, no debes inclinarte hacia delante, sino volver a bajar flexionando las rodillas. Además: es mejor ir y venir dos veces que llevar demasiado peso.